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Eritrea

Apoyo en Eritrea a sendos proyectos de salud materno-infantil y lucha contra la sequía

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Cáritas Española destina 209.000 euros a paliar los efectos de una crisis prolongada provocada por la falta de lluvias.

Cáritas Española ha decidido aprobar sendas partidas de 150.000 y 59.000 euros (209.000 euros en total) para financiar dos proyectos de ayuda humanitaria en Eritrea, uno de los países del mundo con mayores índices de pobreza. Las acciones se van a centrar, por una parte, en paliar los efectos de la grave crisis de alimentos provocada por las sequías recurrentes en el país y, por otra, mejorar la precaria salud materno-infantil de las comunidades rurales.

Lucha contra la sequía

El proyecto de lucha contra los efectos de la sequía –una intervención que cuenta con la colaboración financiera de la Cáritas británica (CAFOD) y que será puesta en práctica por el Secretariado Católico de Eritrea— viene desarrollándose desde octubre de 2017 y tiene prevista una duración de tres años. Sus acciones se centran en cubrir las necesidades a corto, medio y largo plazo de las comunidades más afectadas por la sequía.

A este proyecto Cáritas Española va a contribuir con 150.000 euros.

Durante este primer año se llevarán a cabo acciones dirigidas a paliar las necesidades más inmediatas de alimentación, cuidados sanitarios y de acceso a servicios de agua y saneamiento apropiados. A lo largo de los dos años siguientes, las actividades se centrarán en mejorar los medios de vida de las familias y reforzar la resiliencia de las comunidades para hacer frente a los impactos de la sequía.

Este programa se llevará a cabo en las 4 diócesis del país, en 6 distritos administrativos o “zobas” y beneficiará de manera directa a más de 230.000 personas.

La mayor parte de las actividades se llevarán a cabo directamente con las propias familias, especialmente con aquellas que se encuentran en situación de mayor precariedad alimentaria, situadas en zonas con alta degradación ambiental y con miembros en situación de especial vulnerabilidad por presentar alguna discapacidad, enfermedad, malnutrición, viudedad, ancianidad y otras situaciones especiales.

Malnutrición y salud materno-infantil

El proyecto de mejora de la salud materno-infantil de las comunidades rurales de Eritrea es una acción que viene desarrollando en Eritrea desde hace años la congregación de las Hijas de Santa Ana. Estas religiosas trabajan especialmente el tratamiento de la malnutrición infantil y el acompañamiento a las mujeres para fortalecer sus conocimientos y hábitos de salud e higiene.

Cáritas Española viene apoyando el programa de formación de madres jóvenes de esta congregación desde 2010 y el de nutrición infantil desde 2014. Para el año 2018 ambos programas se engloban en una intervención única, dado que se tratan de actividades complementarias que se implementan desde los mismos centros sanitarios en los que trabajan las Hermanas en todo el país.

En esta nueva fase del programa, al que Cáritas Española aporta un fondo de 59.000 euros, se atenderá a 80 niños menores de 5 años, todos ellos en estado de malnutrición aguda severa, a los que se proporcionará un tratamiento integral y un seguimiento de cada caso, a la vez que se iniciará a las madres sobre pautas de higiene y nutrición.

Junto a ello, se impartirá un programa de formación para 360 madres jóvenes, a través de 3 talleres en los que se tratarán en profundidad diferentes temas de salud-materno-infantil y cuestiones como riesgos de las enfermedades de transmisión sexual, problemas perinatales, alimentación infantil, hábitos de higiene y prevención de la cardiopatía reumática.

Eritrea se sitúa en una de las zonas más secas del Cuerno de África, una región muy propensa a sequías recurrentes a la que se añaden serios problemas de inestabilidad política. Las sequías afectan al 80% de la población del país, cuyos medios de subsistencia dependen de la agricultura de autoconsumo y el pastoreo. En promedio, el país sufre sequía cada tres años, aunque las lluvias son cada vez más erráticas e impredecibles, e incluso en los años de buenas lluvias cerca de la mitad de los alimentos tienen que importarse.

El índice 2016 del PNUD clasificó a Eritrea en el puesto 179 de 188. Este país africano sigue siendo uno de los países menos desarrollados del mundo, con un ingreso per cápita anual de 1.490 dólares.